martes, 27 de abril de 2021

EL ANGEL Y UN CATOLICO APOSTOLICO Y ROMANO

 Cuando me fui a vivir a Maracaibo en el año 1989, era un joven de 26 años, casado y con un hijo que mantener. Las cosas aun estaban regulares en ese país.

Era un tipo fogoso, algo altivo y con ínfulas de grandeza que se preciaba de ser un conocedor de muchas cosas. Estando en Venezuela descubrí que no conocía nada y que me faltaba conocer bien a Dios y definitivamente allí me llevó para conocer de Él.
Por supuesto ya había escuchado hablar de Dios, claro que sí, de hecho, estudié en un colegio parroquial donde el padre Becerra iba de vez en cuando a darnos clases y él me preparó para la primera comunión, la cual hice en la iglesia de la plaza; asistía a procesiones, iba a bautizos, rezaba y me aprendí el catecismo de cabo a rabo. Pero no tenía muy clara la idea de ser cristiano, solo lo era, porque era la costumbre.
Recuerdo que precisamente estudiando en el colegio parroquial tenía un amigo, Édinson Serrano Mandón, quien una vez me invitó a que lo acompañara el domingo a San José de oriente, un pueblo cercano a Valledupar, al cual iba a ir con sus padres.
Me pareció chévere ir a un lugar nuevo, pedí permiso a mi mamá y el domingo tempranito a bordo de un colectivo de cootranscolcer, que me dejaba exactamente al frente de la iglesia del padre Guare, llegué a la casa de mi amigo en el barrio 12 de octubre.
Ahí estaba Édinson esperándome y a su lado había una mujer aparentemente un poquito mayor que él, me pareció un ángel por su hermoso rostro, su sonrisa espontanea, cabellos dorados y piel blanca… Me enamoré (que raro…. Jajajaja).
Edinson me la presentó “Mira Riaño ella es mi hermana” y el ángel habló delicadamente, como hablan los ángeles: “Hola hermano Riaño, mi nombre es Mara Serrano Mandón”; ¿Hermano? Me pregunté mentalmente; “Hola, soy Riaño… tu hermano” y sonreímos juntos. Ese paseo iba a estar buenísimo.
No sé cómo llegamos, ni en cuanto tiempo; yo me dediqué todo el viaje a mirar los gestos del ángel, sus palabras, su sonrisa, etc. Haciendo un recuento hoy, me imagino lo incomoda que iba esa pobre mujer.
Después de muchas subidas y bajadas en la carretera llegamos a un pueblito que empezaba como en una hondonada y a mitad de calle llegamos a una casa donde había una familia esperándonos y la mamá del ángel me presentó “Él es el hermano Riaño”; “¿El que?” pensé yo; no tuve tiempo de decir nada porque eso fue bendición pa´ arriba y bendición pa´ abajo y de inmediato nos llamaron a desayunar en un mesón largo con un sabroso guiso acompañado de yuca vick vaporub y una taza de chocolate aliñado que sabía diferente a mí siempre preferido chocolate corona.
Yo pensaba que íbamos a salir a los campos, a recoger moras, disfrutar de la naturaleza, como cuando viví en la florida, en la sabana de Bogotá donde mi papá había sido inspector de policía, pero no. Enseguida pasamos a una especie de galpón donde comenzaron a cantar “alabaré, alabaré, alabaré, alabaré…” y ahí fue donde entendí lo de “hermano Riaño”.
Iba a protestar diciendo que yo no tenía porque estar allí, porque yo era católico, apostólico y romano, tres cosas seguiditas que ni siquiera sabía que eran en sí, pero eso era, lo que yo era, en cuestiones religiosas. Pero el ángel me tomó de la mano y me llevó hasta adelante y estaba a mi lado cantando… y ajá!.
Muchos años después llegué a Maracaibo, con mi carga y acervo cultural intacto, aprendido en muy esforzados años de parrandas, bohemia y serenatas.
Alquilé una casa en la urbanización Lago Azul a la cual le sembré varias palmas rodeando el patio que era muy amplio, construí un asador grandísimo y le puse grama, se veía muy bonito; decía mi amigo Felipe Aragón “esa grama parece un cojín de caprice”, que era un carro muy de moda.
Cuando llegó el conjunto musical “Los Diablitos” de Omar Geles, a tocar en la caseta Naiguatá, los fuimos a visitar

al hotel donde estaban bajados y allí nos atendió muy bien Juan Manuel, quien nos invitó a la caseta y luego los invitamos a nuestra casa e hicimos una buena parranda. En ese mismo tiempo llegó el binomio de oro, con Chema Corrales hicimos lo mismo y eso en nuestra casa fue whisky corrió y el asador encendido con carnes todo el tiempo.
Al frente de la casa vivía una señora bajita, llamada Zaidé y un día Sandra me comentó que había hablado con ella y que la había invitado a una reunión al lado de nuestra casa, donde mientras yo estaba parrandeando ellos estaban “alabaré, alabaré, alabaré…”.
El caso es que Sandra aceptó la invitación y yo fui con ella ese día.
Nos trataron muy bien y todo, pero yo era “católico, apostólico y romano”, así que nadie me iba a convencer de nada…. Y ahí no había ningún ángel. Yo no volví más, pero Sandra si, y un día llegó con el cuento que se iba a bautizar.
“¿Te vas a cambiar de nombre?” le pregunté asombrado (porque eso era para mi bautizar, poner un nombre) ella me explicó y decía que eso era chévere. Me pidió que la acompañara. La vi tan entusiasmada que entonces comencé a ir con ella… y a aprender mucho de Dios.
Pero yo seguía siendo católico apostólico, romano y parrandero y como las reuniones las hacían los días de mis parrandas le sugerí muy cordialmente al pastor que cambiará las fechas de las reuniones porque interferían con mis parranditas (Vea pues. Jajajaja).
Me llamaba mucho la atención aprender de la biblia (acabo de recordar como adquirí mi primera biblia y es un cuento buenísimo, algún día lo escribiré) había tantas cosas que estaban allí y a mi me daba rabia que no las había conocido antes y eso que yo era católico, apostólico y romano. Muchas, muchas cosas aprendí, y una en especial me llegó a la mente cuando esta mañana abrí un grupo de whatsapp y había como 30 mensajes de gente enviando oraciones y oraciones y más oraciones.
Las oraciones son personales, como cuando vas a darte un baño, a lavarte lo dientes o a hacer otra cosa mas intima… no andas por ahí diciendo… “Voy a lavarme los dientes…” o “voy a miarbolito” No, tu solo vas y haces lo que debes hacer en la intimidad. Así mismo como cuando le cuentas tus pensamientos a tu pareja, no se los gritas a los 4 vientos para que todos los oigan, lo haces en voz baja. Incluso cuando vas al medico deseas que sea algo intimo y nunca esperas que el medico salga a decir en la tienda de la esquina que es lo que tiene su paciente.
¿Que esas oraciones que se mandan en los grupos son para ayudarse mutuamente? No, eso no es cierto, eso no ayuda porque Dios no necesita de whatsapp para leerte los pensamientos y oraciones a favor de otro. Eso es única y exclusivamente para satisfacer el ego y demostrar que se tiene vara alta con Dios.
Acepto que se puede abrir una iglesia por whatsapp, donde todo estén de acuerdo en orar y enviar sus oraciones, y debe ser algo concertado, pero que le estén diciendo a uno lo que están hablando con Dios ¿para que le sirve al otro?
Eso de orar en la intimidad no es algo que me inventé yo, eso fue Jesús, que les dijo hipócritas a los que se paraban en las esquinas de las redes sociales a darse golpes de pecho y les recomendó a sus discípulos:
“Mas tú, cuando ores, entra en tu cuarto, y cerrada tu puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto, te pagará en público”.
Si!, aprendí mucho en Maracaibo, sin embargo soy consciente de que soy muy ignorante y "Solo se, que nada se".

lunes, 26 de abril de 2021

PELECAR

Recuerdo que un tiempo muy corto vivímos en el barrio Kennedy de Bogotá, cerca a la plaza de banderas. En la esquina, al girar a la derecha se encontraba la escuela Casablanca donde estudié muy poco tiempo. Alcanzo a recordar que a veces nos ponian clases en un televisor porque el gobierno tenía un plan escolar así..  no sé muy bien; pero si se que ese fue el año de los juegos panamericanos que se hicieron "Desde Pereira, capital de Risaralda" aunque no es así, a mi se me metió la idea que de allí fue donde salió el dicho de "no vas a llegar a ningún Pereira", (aunque no es por eso).

Al llegar a la esquina había una casa que tenía un jardín alto con pasto y una de las paredes pasaba corriente, como era tenue, a veces los muchachos nos íbamos a jugar haciendo una cadena  para que nos transmitieramos la corriente entre nosotros... 

También recuerdo que mi papá una vez llegó diciendo que las monedas de cinco centavos eran tres veces más valiosas que el valor real que tenían, porque estaban hechas de un material caro, pero no todas, sino las más viejas y se podía distinguir porque su borde era más brillante que los otros. A mi se me ocurrió, que si era así, yo debería ahorrar esas monedas porque eran muy valiosas, así que como no tenía alcancía, pedí regalada en la tienda una cajita de madera  en donde venían los bocadillos veleños, que eran de palito, como un guacal en miniatura. Medio le pegué con clavitos varias maderitas más y la recubrí con un pedazo de cartulina blanca para que quedara sellada. Me gasté toda la cinta pegante que había en la casa, luego le abrí con un cuchillo una ranura y he ahí mi primera alcancía, tan segura como el banco de la República en Valledupar. 

Desde entonces cada vez que me mandaban a la tienda y quedaban vueltos, yo le pedía al señor Transito que me cambiara las monedas de 10 y de 20 por monedas de 5 centavos, y él se asomaba entre medio de las genovas santafereñas que estaban guindadas junto al salchichon cercevero y que me producian una fea sensación con solo verlas, y me entregaba mis moneidtas de 5 gustosamente; yo escogía las que tenían el borde brillante y las guardaba en la alcancía, las de borde opaco se las entregaba a mi mamá que siempre me decía que ese señor no daba los vueltos completo. 

Desde entonces y hasta hoy en día mi hermano Jaime, me dice Diez Por Ciento.

Supongo que no ahorré mucho, pero la alcancía empezaba a mostrar signos de deterioro y debí cambiarla, así que construí otra alcancía, esta vez con un pote de Cal C Tose el cual junto al minevitan y la emulsión de Scott, nos obligaban tomar a todos. La tapa no era facil de abrir, así que era perfecta; le abrí su respectivo hueco con un cuchillo y ahi estaba la nueva "caja fuerte". La "alcancía" no se terminó de llenar porque por alguna razón desconocida  me relevaron del cargo de mandadero al de limpiador de adornos de la sala.

Abrí la alcancia y tenía 3 pesos con 30 centavos, aunque en ese entonces no me sabía las tablas de multiplicar (y creo que ya no me las voy a aprender) hipotéticamente yo era el flamante propietario de 10 pesos con 90 centavos; ahora solo me tocaba cambiarlos.... la pregunta era ¿Quien me los va a cambiar? Esa parte no se la escuché a mi papá; pero usé la lógica ¿Quien me cambiaba normalmente las monedas? ¡Don Transito, el de la tienda! Así que fui a la tienda a pedir que por favor me cambiara las monedas  brillantes de 5 centavos por un billete de 10 pesos. El hombre no dijo nada, solo me dio 3 billetes y 3 monedas;  yo ni siquiera conté, feliz, agarré mis billetes y monedas y me fui para la casa, donde me di cuenta que eran 3 billetes de un peso, una  moneda de 20 y una moneda de 10 centavos, para un total de 3 pesos con 30 centavos.

Bueno pero de lo que en realidad quería escribir era de la electricidad y de aquel juego de niños que inconscientemente exponiamos nuestras vidas al tocar esa pared que transmitía electricidad;
evidentemente por algún corto que había en su interior y que también ponía en peligro la vida de sus ocupantes, los cuales nunca conocí. 

Ese episodio me llegó a la mente hace 2 dias cuando leí una noticia en Facebook de un hombre que murió electrocutado en Valledupar. 

La noticia en medio de tanto dolor, llegó en el momento en que había decidido no escribir mas en mi blog acerca de muertes, ya que sentí que estaba haciéndole homenaje a la parca, y ese día, aunque quería escribir acerca de mi amiga Ruth Beradinelli que acababa de fallecer por causa del virus,  me abstuve y fue como director de la Fundación Decuplum, que se emitió un comunicado expresando nuestro dolor. Y tampoco quise hacer referencia en ese momento a la señora Mercedes Herazo, cabeza visible de una familia muy querida por toda mi familia.

Pero la noticia del electrocutado cambió, de ser una noticia más, a ser algo que me afectó cuando leí que además cayó de un poste en la calle 13B entre carreras 8 y 9 del barrio obrero. 

Busqué la dirección en Google Maps y sorpresa que el poste de donde cayó el hombre estaba al frente de la casa de mi amigo William Daza, a quien se le había muerto su papá dos dias antes. 

Me llamó la atención como todo se encadena y me di cuenta que la foto del electrocutado era de un  conocido y enseguida recordé... 


Llegaba yo de la Guajira en un Renault 6 blanco que fue mi primer carro; era una tarde como a las 5 pm y caía un aguacero torrencial. 

Alcancé a entrar a valledupar y al llegar a la carrera 12 con calle 17, el carro se me apagó y no prendía; no sabia que hacer. Estuve allí un rato y de repente apareció un desconocido mojandose y me hacía señas a través del vidrio que levantará el capot del carro. No entedí bien y él se acercó a la ventanilla, bajé el vidrio y me dijo "Abra el capot", Y así lo hice. Metió su cabeza al baúl del motor y casi en seguida lo cerró.  Se acercó nuevamente a la ventanilla y dijo "prendalo"; giré la llavé y el carro prendió inmediatemente. 

El tipo se sonrió; le pregunté que cuanto le daba por eso y el respondió "nada, deje así"; le insistí y el insistió en que no. 

Le dije "dime tu nombre, para por lo menos darle gracias a Dios por ti" "Me llamo Pelecar".

Me pareció un nombre extraño y lo es, un nombre propio de un ángel, como lo fue en ese momento Y siempre lo recordé como un ángel que llegó en el momento oportuno. 

Años despues, un dia de elecciones, yo fui a votar al colegio loperena por un amigo que se habia lanzado al concejo y cuando iba a marcar su foto y nombre, vi la foto de Pelecar Manrique. No pude votar por el amigo al que quería ayudar, pues tenía una deuda con este hombre y con lo único que podía agradecerle era con mi voto. Estuve pendiente de los resultados y mi voto por PELECAR fue uno de los muy pocos que alcanzó a tener. 

Descansa en paz Pelecar... necesitamos mas gente como tu, mas gente dada a servir al prójimo. Paz a sus familiares.

jueves, 22 de abril de 2021

MI TIA REYES


Dentro de muy poco será posible escuchar música sin tener en los oídos unos audífonos; que por cierto hoy en día son muy modernos, inalámbricos, casi imperceptibles, pero lo suficientemente visibles para poder demostrar que se tienen, cosa que le gusta mucho a un tipo de personaje muy común en la costa al cual se le denomina "espantajopo".

Los audífonos han evolucionado, ahora son ergonómicos y no permiten que el sonido se difumine, bueno no todos, porque esos que dan en los buses de brasilia parecen tener el tamaño de una moneda de 200 pesos y hasta duele tenerlos puestos.

Cuando salieron los IPODS junto al formato mp3, aparecieron con ellos unos muy buenos audífonos, ya más personales, diferentes a los que venían con el flamante discman, que se usaba para escuchar Cds; el cual le quitó el trono al walkman, que era para oír los cassettes, estos y aquellos usaban audífonos que eran de diadema y con una esponjita, pero eran totalmente visibles y más cuando eran de color naranja (supongo que el color era para que fueran más visibles, o sea tipo "espantajopo").

Pero no todo el mundo tuvo ipods discman o walkman, así que nos tocaba a punta de radiola y si tenías audífonos, eran como unos cascarones de coco, grandes los condenaos', como esos que se usan en los estudios de grabación, pero sin esponjas ni na'. Bueno yo tenía de esos.

Hablo de los audífonos porque me quedó la costumbre de sintonizar una emisora para escuchar música de noche cuando no podía dormir y esta mañana me desperté estresado porque sentía incomodidad con lo que estaba escuchando, que supongo era una arenga de alguien en el noticiero que gritaba queriendo hacerse oír.

Fue muy diferente a cuando desperté una madrugada en Barranquilla en la casa de mi tía Reyes.

Estaba durmiendo en el cuarto de los primos, donde había un equipo de sonido y como nunca he podido dormir bien en casa ajena, esa noche conecté los "audifonones" esos, que obligaban a dormir boca arriba o hacerle un cráter a la almohada para que entrara uno de los cascos.

La música empezó a sonar y a relajarme y me dormí, pero como a las 3 de la mañana desperté llorando con un gran sentimiento.

Una melodía hermosa, suave, delicada, diferente me despertó con una sensación de nostalgia y cariño hacia algo que no podía entender y hacia qué las lágrimas fluyeran. ¿Eran los strings, el piano, la voz?, no se, pero esa canción, que jamás había oído me cautivó y me concentré en escucharla: "... abrígate, te sienta bien ese vestido gris. Y déjame que vaya preparando tu equipaje. Perdóname si te hago esta pregunta: ¿y quién es él? ¿En qué lugar se enamoró de ti? ¿De dónde es? ¿A qué dedica el tiempo libre?.. la escuché toda y me incorporé como para compartir con mis primos esa melodía, pero ellos no tenían ningún problema para dormir.

Un tiempo después supe que el cantautor era José Luis Perales y fue una canción para su hija que se iba a casar.

Todo esto lo traigo a colación porque ayer día de mi cumpleaños; me sentí como si hubiera ocupado el lugar que dejó vacío el príncipe Felipe.

Recibí muchas atenciones, felicitaciones, mensajes y llamadas, pero dos en especial me causaron gran emoción. La primera fue la de mi mamá, quien junto a mi hermana Carmen Clara me cantaron el cumple años de Ponqué Ramo al mejor estilo de Tola y Maruja y me reí bastante con ellas comenzando con alegría mi cumpleaños.

La segunda fue la llamada de mi tía Reyes, que me produjo una profunda y extraña emoción.

Cuando contesté me cantaron dos voces el cumpleaños feliz y luego me preguntan, ¿Sabes quién es? Y como siempre el Sherlock que llevo dentro sacó conclusiones y por la voz, el código del país y de área, deduje que era mi prima Nhora Lara, quien nunca me había llamado para un cumpleaños.

Cuando escuché la voz de mi tía Reyes una emoción me embargó, como esa que sentí en Barranquilla esa madrugada. Era muy suave, dulce y la sentí como siempre la he sentido, llena de bondad. Confieso que hacía años no había llorado como lloré de la emoción al escuchar a mi tía.

Reyes es más bien un apodo que le pusieron a la mayor de mis tías, quien se llama Leonor y nació un 6 de enero. Sus fotos muestran una gran belleza en su juventud, característica propia de las hermanas Baute Lora.

Salió muy joven del seno de su hogar detrás de un cachaco, como el que se llevó a la nieta de Juana Arias que era "nariz parada, patillalero".

Mi tía Reyes ha conservado por 91 años un carácter suave. Es más bien callada y cuando le habla a uno es asertiva y cuida de no lastimar con sus palabras.

Vivió muchos años con su familia en Manaure - Cesar, en una casa que aunque pocas veces visité, me fascinaba llegar porque el patio era como un bosque con animalitos extraños en ese momento para mi, con gallinas y por donde pasaba una pequeña acequia que le daba vida a árboles de guayaba, naranja y granadilla.

Para mí era un sitio lleno de misterios y con espacios casi vedados, donde estaba una "catapila" pero no de las que mencionó Ana del Castillo (porque ella se refería más bien a una motoniveladora) esta era en realidad un bulldozer abandonado al cual no se le permitía a nadie acercarse.

Las mañanitas en la casa de tía Reyes en Manaure eran bonitas, como bonitas son cada una de sus 8 hijas, que eran como florecitas que adornaban esa calle empinada del pueblo.

El patio llegaba hasta la otra calle y allí se alcanzaba a ver la iglesia y una especie de sabana que hoy en día es una plaza muy bonita.

Si bien tengo unos primos y primas muy queridos, los hijos de mi tia Reyes fueron de lejos con los que más tuve contacto y creamos fuertes lazos familiares y de amistad ya que aún en la adolescencia fuimos compañeros de varias pilatunas.

Lloré escuchando a mi tía y no podía contenerme por más que quisiera. Trataba de encontrar una razón de tal emoción y encontré que ella es una muestra en estos momentos tan difíciles, de que se puede encontrar paz en medio de la tormenta y que la resiliencia es la única forma de enfrentar los tiempos malos.

Mi tía Reyes me recordó lo bello de cuando éramos felices y no lo sabíamos y sus palabras fueron como esa música que escuché en su casa en los años 80.

domingo, 18 de abril de 2021

LEFTORIUM


 Los Simpsons ha sido una serie televisiva que tuvo y creo que aún tiene mucho éxito porque logró que el televidente se pudiera ver a sí mismo como es, aunque por dentro todos y cada uno de los que los vemos pensamos que "así es fulano de tal" cuando en realidad es uno mismo. Algo así como quienes leen la Biblia y siempre encuentran el versículo apropiado en contra de alguien que le cae mal, sin pensar que en realidad ese verso es para él o ella y por eso lo encontró.

Se dice que cualquier cosa que intentes hacer ya lo Simpsons lo hicieron y se le atribuye la predicción de hechos futuros.
Pero en términos generales los Simpsons es una caricatura de nuestra sociedad que se rige por los mismos estándares de sociedad gringa.
Hay algunos capítulos que para mi han sido inovidables y tal vez no han sido famosos porque no predicen nada, sino que muestra la simpleza de la sociedad.

Especialmente recuerdo un capitulo donde Ned Flanders (el cristianijirillo), vecino amable, atlético, jovial, atento y educado decidió abrir una tienda para zurdos, ya que el es zurdo y pensó que ayudando a más zurdos podría ayudarse economicamente. Invitó a sus amistades a un asado para dar a conocer su emprendimiento y muchos se admiraron y lo felicitaban.
Como siempre, Homero se burló y además sintió celos de que admiraran a su vecino y deseó que se arruinara; finalmente Flanders abrió su flamante Leftorium en el CC Guatapurí de Springfield.
Por supuesto el negocio no era bueno pues zurdos no son muchos y le faltaba difusión, esa publicidad que se hace de persona a persona, que es la mas efectiva porque no cuesta más que contarle a alguien y ese alguien le cuenta a alguien más y así la gente se va enterando mientras el negocio se mantiene.
Homero (como nunca) vio en esos días a varias personas zurdas que comentaban que necesitaban algo especial para ellos, y sabiendo de Leftorium no era capaz de decirles que existía. Finalmente el negocio iba directo a la quiebra y Flanders perdió su carro, su casa, sus ahorros, todo por tratar de salvarlo.
Pero Flanders como creyente firme sabe que para los que aman a Dios todo ayuda para bien y triste aceptó su derrota y decidió cerrar.

Homero lo vio abatido (como quería verlo) y ese pecado le redarguyó la conciencia y en un gesto tardío fue a buscar a todos los zurdos que había visto y les comentó de Leftorium; los zurdos fueron a comprar y unos les comentaban a otros y el negocio salió a flote.... pero quedó ese sinsabor.
Homero quiso ver destruido a ese que lo ayuda, que lo aconseja, que le cree, que hasta lo ha considerado un heroe, que lo ve como un maestro de la vida; le presta su podadora, su manguera, el rastrillo, el horno, el martillo y cualquier otra cosa que necesite y que Flanders tenga.
Flanders es lo contrario al señor Burns un rico depravado e inhumano que solo necesita a Homero y a cualquier otro para sus propósitos, pero Homero vive arrodillado ante Burns quien no necesita publicidad porque vende cosas que no necesitan promocion (energía electrica) y le proporciona lo suficiente para que coma un plato de lentejas a cambio de ser su esclavo.
Así hay mucha gente a nuestro alrededor, personas que con su falta de acción, indiferencia y silencio, pudiendo ayudar a otros tal vez con un simple "ME GUSTA" no lo hacen, porque no es su problema y tal vez allá en el fondo desea que le vaya a mal a su vecino; pero se consideran buenas personas y sabias en su propia opinión escudandose en que "No estoy haciendo nada malo" y ciertamente no hay nada que reclamarle a esa persona, pues ante todos NO HA HECHO NADA MALO, ya que posa con una actitud aceptable ante la sociedad convirtiendo su actitud en un crimen perfecto.
NOTA: Los invito a unirse al grupo EVAFE - El Festival de las Mujeres, donde desde hace 5 años iniciamos un trabajo de visibilizacion en favor de las mujeres que hacen vallenato (y gracias a Dios se ha logrado la VISION), es nuestro LEFTORIUM, que solo recibe 15 o 20 ME GUSTA por publicación, generalmente de gente que ni siquiera toca acordeon.

viernes, 2 de abril de 2021

EL BASTION



 Me gustan estos días de asueto en fechas especiales, porque se me activan los recuerdos.

En estos días he pensado en hoteles y semana santa y lo curioso es que en casi todas mis historias está Sandra. Así que lo de semana santa, hotel y Sandra me trajo a la memoria el primer beso que le di a quien años después se convertiría en mi esposa.
Era un jueves de semana santa y yo estaba parrandeando con algunos amigos, no recuerdo por qué, pero la parranda terminó en la casa donde hoy en día está SAYCO, en la carrera quinta, allí vivía Alvarito Montero, quien era tan flaco como yo; estaba muy contento de que estuviéramos allí, la que no estaba muy contenta era la señora Sara, su mamá, quien nos miraba como gallina mirando sal.
La verdad ya yo estaba hastiado de la parranda, pero continuaba allí porque entre la casa de los Montero y la de la Sandra, solo nos separaba la casa de los Pumarejo.
Yo sabía que ella tenía que pasar por allí para llegar a la iglesia de la plaza; así como decía un amigo mío que era bajista malo, pero muy malo, que un día en la universidad Santo Tomas de Bogotá, en una presentación musical no agarraba ni una sola nota y yo le decía "ve, pero agarrá' más que sea una nota de la melodia" y el me respondió "por aquí tiene que pasar" haciendo un "penqueo" desafinado.
Bueno así pensaba yo "por aquí tiene que pasar" y así fue la vi pasar con su trajecito blanco, caminando con un bonito vaiven, alta, delgada, blanca, con su peinado de Alf. Yo estaba recién cambiado porque había ido a la casa de Walter que estaba cerca y allí me había lavado la cara, hice buches con Colgate, me eché agua en la cabeza y pasé mis dedos por el pelo ensortijado haciendo el peinado que me caracterizaba en ese momento, me puse una camiseta de Walter que tenía un cocodrilo que estaba muy de moda en ese momento, me vi en el espejo y el espejo reflejó a un tipo apuesto, un Adonis, un irresistible galán.
Así que cuando veo pasar semejante monumento me dispuse a seguirla y cual sería mi sorpresa que cuando di mis primeros pasos para seguirla, ella dio un giro de 180 grados y se devolvió para su casa, pasando junto a mi oliendo a un perfume delicioso que aun puedo oler. Siguió caminando y cuando llegó a su casa volteó hacia mi y me miró. Para mi fue una invitación así que me decidí y llegué hasta su casa y entré envalentonado. Al fondo de la casa estaba su tía quien preguntó "¿Ese quien es?"; "Un amigo, voy a darle agua" respondió y se fue hasta el fondo de la casa con un caminar cantarino. Se devolvió con un vaso de agua en la mano y cuando me lo entregó, la tomé por la cintura y le di el primer beso. Desde entonces anda detrás de mi para que la bese a cada rato.... ¡Si señor!
Creo que la tía alcanzó a ver el movimiento y desde entonces esa casa permanecía con la puerta cerrada, por lo menos para mi.
Diagonal a la casa de Sandra estaba la tienda "El gato Negro", en la esquina donde empieza el callejón de Mahoma y donde hoy en día queda otro hotel al que le tengo cariño, el hotel "Casa de los Santos Reyes".
La tienda fue como una especie de cuartel general desde donde encendía mi radar y analizaba estrategicamente los movimientos de la casa de la susodicha, así que tenía claro que a las 11:30 salía Tila a comprar 3 gaseosas para el almuerzo; cada 3 días llegaba Rita caminando con una sombrilla a visitar a su familia. Todos los dias las 6:00 pm llegaba Chayo a ver a su mamá y de vez en cuando, sin horario definido, se sentaba Judith en la puerta a ver pasar a la gente y a decirle "Adios" a todo el que pasaba.
El hotel Casa de los Santos Reyes también es parte de mi historia y además tiene un encanto y donaire señorial, por eso les solicitamos que se vincularan al proceso del EVAFE y desde entonces alojamos allí a personajes muy especiales e importantes. Porque fue allí el bastión donde inicié la estrategia que culminó en la conquista y expansión de mi reino: mi esposa e hijos.

jueves, 1 de abril de 2021

SEMANA SANTA


 Estos días de semana santa, definitivamente han sido muy diferentes a todos los vividos antes del 2020. No hay procesiones, no se ha escenificado en los pueblos la crucifixión de Jesús, el cine Cesar no volvió a pasar las películas de terror y diabólicas, que solía proyectar los días santos y especialmente durante una de las procesiones, que… perdónenme los católicos, católicos, nunca supe bien como era la cosa, pero que eran muy buenas para encontrarse toda la noche con la muchachas que a uno le gustaban (bueno yo no hacia eso, eso lo hacían mis amigos, yo solo veía juicioso y caminaba la procesión…. Si, señor!).

En fin, la cuestión es que estos días siempre fueron muy respetados, recuerdo que mi mamá una vez increpó a mi papá porque se estaba tomando unos tragos oyendo porros de Pedro Laza y sus pelayeros en un viernes santo, imagínate tu eso, el mismísimo día en que murió Jesús, así que muy obediente apagó su Quasar Motorola, pero siguió tomándose sus guarilaques, eso si lamentándose mucho por lo sucedido.
Era un luto general, la gente respetaba y todos nos sometíamos a ciertas reglas, una de ellas era que no se podía comer carne. Había que estar quieticos. Muchos dulces si había durante semana santa y creo que ese es el origen de los diabéticos que existen hoy en día con edades superiores a los 40 años.
Uno no podía ni siquiera contar chistes, porque era sacrilegio, que por cierto era lo que yo sentía cuando escuchaba la gente reírse cuando el “negro Velorio” contaba sus chistes en esas interminables nueve noches que antes se acostumbraban en las casas de los fallecidos.
Hablando de eso, recuerdo que la primera vez que escuché al negro velorio contando un chiste se refería a uno en el que alguien fue al odontólogo porque le dolía una muela y el odontólogo le preguntaba al paciente, tocando la muela “¿Es esta?” y el paciente decía “No”; “¿Y esta” “tampoco”; “¿será esta?” y el negro velorio se sacó la chapa delante de todos y señalando una muela de la prótesis, como si hablara con el odontólogo le dijo “Es esta doctor…” Todos se rieron, menos yo, porque la verdad, que asco tan… bueno, es semana santa.
Si señor había muchas costumbres de semana santa que han ido cambiado de manera vertiginosa. Se habla, (y nunca lo he constatado) que las parejas no pueden hacer el amor durante semana santa porque se quedan pegados, como verán yo no me he pegado… así que deben saber que hemos seguido siendo muy cuidadosos con las enseñanzas recibidas en el hogar.
Uno tiene que aprender de los errores de los demás, y sobre todo en estos temas que son de difícil resolución. Una de las prohibiciones de semana santa era que los Jueves y viernes santos la gente no se bañaba, porque se volvía pescado (bueno no pescado, porque eso es cachaco, sino pescao’) y el mejor ejemplo lo tenemos en esta niñita hija del señor Arciniegas, Chayo, que un día como hoy se fue a bañar al pozo de Hurtado y se convirtió en sirena, y ahí está, si no me creen búsquela en Google que ahí está, bueno y la jabonera que se convirtió en piedra parece que el rio se la llevó, pero la sirena si está ahí…
Sin embargo, las cosas han cambiado tanto, pero tanto, que la verdad hoy estaba muy tranquilo en mi casa y sin tener conciencia de lo que estaba haciendo, después de reposar un buen almuerzo con bocachico me fui a bañar…. Y cual no fue mi susto cuando me acordé que era jueves santo y entonces como ya estaba en la regadera y me había mojado, pues ajá, al mal paso hay que darle prisa y cuando vi dos escamas de pescao en el piso grité con horror “Sandra, me estoy volviendo pescao” y ella al escuchar mi grito llegó corriendo y me vio ahí desnudo, indefenso señalándole las dos escamas de pescao’ y ella muy tranquila me dijo…. “No te vuelvo a cocinar pescao, pendejo”.
Y así fue como descubrí, 50 años después, que uno no se convierte en pescao’ si se baña los jueves santos y mañana viernes, también me voy a bañar, porque yo tengo agallas.

lunes, 29 de marzo de 2021

EL HOTEL EUPARI


 Cuando iniciamos EVAFE en 2016 pensé en un hotel donde alojar a las invitadas. Y para mi no podía ser otro que el Hotel EUPARI. Y la razón no es porque tenga las mejores instalaciones o porque ofrezca, servicios adicionales, piscina, bares, boutique etc... nada de eso tiene, es que ni ascensor; pero tiene algo que llevo en el alma: en donde está construido ese hotel, ahí estaba construida una vieja casona con un portón de casi 4 metros donde viví un tiempo inolvidable.

Viviendo en esa casa, aprendí a ser vallenato de verdad.
El barrio cañahuate es el sinónimo del ser vallenato, las familias más representativas de nuestra cultura vivieron allí.
Viviendo en esa casa aprendí a bailar trompo, a jugar boliche, a volar cometas, a tocar caja, a sentir el olor de un acordeon cuando se abre el fuelle a escuchar poesías vallenatas.. viviendo allí me enamoré del folclor, de unas cuantas chicas, conocí Hurtado, el pozo de los caballos, el triangulo, la plaza, el mercado y aprendí a valorar las amistades. Alli recibí la noticia de la.muerte de Fredy Molina.
Frente a esa casona vivía la familia Garcés, don Hector y doña Margoth, padres de mi hermano del alma
Diego Arturo Garces
, quien me enseñó a tocar guitarra y con quien nos comimos media granja de pollos y patos en medio de inolvidables parrandas y serenatas.
Los Garcés fueron quienes construyeron el hotel Euparí y algunos de ellos vivieron allí, pero hace mucho lo vendieron.
El EUPARÍ es un hotel que siempre ha sido modesto, pero agradable, lleno de historia, de calor humano, de sentir vallenato.
Cada vez que viene el EVAFE pienso en ese hotel porque además está a escasas 2 cuadras de la plaza y es pegadito a los famosos callejones.
No tengo ni la más mínima idea de quienes son los dueños, pero siempre ha estado allí
Monica Sofia Maestre Oñate
, creo que desde que inició operaciones el hotel y ella era apenas una adolescente... allí está ella, siempre amable, siempre servicial, siempre con trato suave.
Cada vez que se aproximan estas fechas festivalera, cuando alguien me pregunta por un sitio donde llegar recomiendo el hotel Euparí.. lo curioso es que yo nunca me he alojado allí, pero sigo sintiendo que allí quedó mi casa y como si así fuera los invito a llegar.
Como muchos hoteles, el EUPARÍ está cerrado por la pandemia, pero ya supe que está a punto de reabrir... y siento emoción por ello, como si fuera mío, pero no porque vaya a producir ingresos, sino porque podré volver a alojar allí a la gente que viene desde lejos, a los que aprecio, a los que valoro y a los que abriría las puertas de mi casa para hospedarlos.
Hay muchos otros hoteles en Valledupar, hostales modernos, casas con patios adornados para hacerlos parecer algo que no son y ofrecen muchos servicios que este no tiene, tal vez sean hasta más economicos, pero el hotel EUPARÍ, es mi casa. Y como dicen los mexicanos "Mi casa es tu casa".